Una isla misteriosa todos la llevamos dentro. Consiste en ir a buscarla como si fuera la empresa más arriesgada, la más hermosa, siempre posible en su maravillosa imposibilidad. Misteriosa porque desconocemos su exacta ubicación en el mapa de nuestra vida interior; isla porque todo a su alrededor es océano de músculos y nervios y arterias, y ella alza su bandera de aventura esperando al explorador que quiera poseerla.
Isla reducto de fantasía, jardín privado, ámbito de libertad. Cultivo de historias para contar, cada uno las suyas. Todo será bienvenido. Todo será aceptado. Ni juez ni parte. ¡Compartid, compadres, cada uno con lo que traiga en su mochila!
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